Diseño floral con alma: así creo cada ramo y decoración

Detrás de cada diseño floral hay una historia. Y detrás de cada historia, estoy yo: Amanda, florista, creativa y la persona que te va a escuchar con atención para transformar tus ideas —aunque no estén del todo claras— en algo precioso, personal y único.

Mi proceso es sencillo pero esencial: te escucho, me adapto a ti y diseño desde cero. Nada en mi taller está pensado para todas. Todo lo que creo está hecho para alguien concreto, con su estilo, sus colores, su manera de emocionarse.

Mi historia con las flores comienza en la infancia, cuando mi madre me llevaba a pasear por La Rosaleda del Retiro. Años después, tras trabajar una década como creativa en moda, decidí unir esa experiencia estética con mi pasión por las flores. Así nació Amanda López Estudio Floral.

No sigo floristas de referencia ni tendencias de Pinterest. Me inspiran las emociones reales, los espacios, la luz, y la historia que hay detrás de cada ramo.

El color es una herramienta clave. No solo se trata de que algo “quede bonito”: el color transmite. En bodas íntimas uso tonos empolvados y delicados, y en celebraciones más vibrantes, juego con contrastes y texturas. Siempre con intención.

Las estaciones también marcan el ritmo. Todas me inspiran, pero el otoño tiene algo especial: sus colores cálidos, su luz suave, ese aire nostálgico... es una maravilla diseñar en esa época.

Y el lugar importa, mucho. Cada entorno —una finca, un jardín, una bodega, un salón clásico— influye en el tamaño, la estructura y hasta en los tonos de los arreglos. Nada se deja al azar.

¿Qué me diferencia? Que combino visión estética con soluciones prácticas. No trabajo con fórmulas cerradas. Escucho, propongo, y si algo no se puede hacer, busco alternativas sin renunciar a la belleza ni a la personalidad.

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